martes, 27 de octubre de 2015

ACTIVIDAD 2. Adaptación cuento folclórico: " Todo tipo de Pieles"


La edad a la que va dirigido el cuento es de 10-11 años, que corresponde a de Primaria.

El poder de las telas

Érase una vez una familia muy feliz, el padre trabajaba en una fábrica de peluches y la madre era costurera en una galería muy conocida. Se casaron y tuvieron una preciosa hija llamada Candela.
Era una familia muy humilde y muy buena, ayudaban siempre que podían a la gente del pueblo. La madre consiguió el premio a la mejor costurera del año de la galería, le dieron 100.000 Calejos, que era la moneda del país, y un dedal de oro.

Francisca, la madre de Candela,  cuando llegó a casa, guardó el dedal en un joyero escondido en el armario, junto con otro dedal que heredó de su madre.  La madre de Francisca también fue costurera, pero su dedal era distinto,  era de un color rojizo con piedras preciosas.

Los padres de Candela, un día, decidieron que iban a escribir una carta por si alguna vez les ocurría algo. De esta forma, Candela al menos tendría unas últimas palabras de sus padres con los dos dedales, uno de abuela y otro de su madre, como recuerdo.  El padre de Candela, Julián,  pensó que le gustaría que su hija también se quedara con algo suyo, así que decidió  dejarle un peluche de color rosa, que era su color  preferido.  

Un día, sus padres se fueron  de viaje a la sierra  y tuvieron un accidente con otro coche, y murieron.
Los tíos de Candela se hicieron cargo de ella en la misma casa donde vivía con sus padres.  Candela empezó a vivir con sus tíos y sus dos primas, Susana y Priscila, su nueva gran familia.

La protagonista fue creciendo, era una niña muy risueña, muy positiva, siempre pensando en los demás, pero era muy cabezota, y cuando pensaba algo, era difícil quitárselo de la cabeza.

Cuando cumplió 15 años, sus tíos le dieron lo que sus padres le dejaron: un peluche de su padre, un dedal de su madre de oro y un dedal rojizo con piedras preciosas de su abuela. Sus padres también dejaron una carta que decía así:

“Hola preciosa Flor, si estás leyendo esto es porque ya  no estamos, pero queremos ser partícipes de alguna forma de tu nueva  vida, y por ello te dejamos estos regalos, para que te acompañen, te ayuden y te protejan en tu aventura en este mundo.

El peluche te lo dejó tu padre, ya que él trabajaba haciéndolos a mano, para que te acompañe cada noche y no tengas pesadillas.

Los dedales, uno rojizo  de tu abuela y otro mío de oro, te podrán servir como amuletos en tu camino, así que cuando tengas miedo o quieras algo con todas tus fuerzas, simplemente tendrás que cogerlo con las manos y apretarlas con todas tus ganas.

TE QUEREMOS

Tus padres

PD: Sé tú misma.”

Candela se puso feliz y sonriente al leer esta carta, podía  sentir que estaban con ella y que les acompañaría el resto de su existencia.

Sus tíos a raíz de su cumpleaños, sintieron que ya era lo suficientemente mayor; y  la mandaron  trabajar en las tareas de la casa todo el día. Candela cada vez estaba más harta, y no aguantaba más en esa casa.

Un día Candela, preguntó a sus tíos, si no la iban a dar ninguna recompensa o premiarla por trabajar todos los días, mientras sus primas no hacían nada y lo único a lo que se dedicaban era a mirar. Sus tíos pensaron que quizás ya era hora de regalar algo a su sobrina, ya que de esta forma se quedaría más tranquila, así que la preguntaron que quería de regalo.

Ella pensó y pensó y llegó a la conclusión que quería un caballo, y  así se lo hizo saber a sus tíos. A la familia Cobe, los tíos de Candela, les costó entrar en razón, porque les parecía algo muy caro, difícil de conseguir y encima para alguien que no era su hija, pero al final aceptaron, porque pensaron que así, se le pasaría el enfado a Candela.

 Al poco tiempo  apareció el  caballo en la puerta, y desde entonces Candela le cuidaba más que a nadie, y le puso como nombre Cielo.







Cuando fue a cumplir los 17 años, pidió otro regalo a sus tíos, este era un poco más complicado; quería 100 tipos de tela distintas. Los tíos no entendían por qué quería tantos tipos de tela y para qué los necesitaría.

A la semana siguiente, sus tíos le regalaron todas las telas que pidió, después de esto, Candela siguió trabajando, limpiando toda la casa, como siempre.



Candela fue ahorrando dinero en una hucha que escondía debajo de su cama, y preparando su huída, porque no aguantaba más obedeciendo órdenes de sus tíos, y más aún viendo cómo sus primas no se movían, y se dedicaban a incordiar.

Preparó a Cielo, con mantas, provisiones de comidas… todo esto guardado en unos cestos que llevaba el caballo a sus dos costados. Al día siguiente Candela cogió todas las telas, los objetos de su familia y se marchó con su caballo, a un pueblo lejano llamado Camarán.

Candela estuvo viajando a bordo de Cielo  dos semanas, estaba ya agotada, sin fuerzas, se le habían agotado todas las reservas de comida y agua, y el caballo iba muy lento, ya que también estaba sin fuerzas. Consiguieron llegar a un pueblo llamado Jalén, cuando la gente del pueblo los vio llegar, salieron en su búsqueda, Candela estaba pálida, así que un hombre mayor con el pelo canoso, le ofreció ayuda en su casa, para que se quedara esa noche resguardada del frío.



Al día siguiente, el hombre llamado Pascasio,  observó que Candela llevaba consigo, un montón de telas, y  quiso  saber por qué llevaba tantas telas.

Candela le contó toda su historia a Pascasio, ya que le transmitía algo muy especial, y ella necesitaba  contárselo a alguien y por ello sentía que podía confiar en él. Pascasio se quedó anonadado  con la historia, y no iba a dejar sola a esa pobre mujercita sin hogar  por los pueblos, así que él mismo la acogería. Le contó también  que su madre y su abuela eran costureras, y que ganaron varios premios; algo que sorprendió mucho a Pascasio.

Con el paso de los días, a Pascasio se le ocurrió una idea fantástica, él era dueño de un local, pero no lo estaba usando en ese momento, y como Candela había traído un montón de telas, pensó que si ella ponía las telas y él el local, podrían formar una tienda de moda, donde pudieran ir todas las personas del pueblo a hacerse sus trajes.

Pascasio le contó la maravillosa idea a Candela, a ella le encantó, y decidieron ponerla en marcha.
Cambiaron todos los decorados de la tienda, y compraron con un poco de dinero de Pascasio, máquinas para coser, y poco a poco fue acudiendo gente del pueblo.




Un día apareció un apuesto hombre, alto, moreno, con ojos azules, con  una mirada muy transparente y humilde. Candela se quedó ensimismada con él,  el apuesto hombre, había ido a la tienda porque había escuchado en el pueblo que los trajes eran de muy buena calidad hechos a mano, y él quería uno. Candela le dijo con vergüenza que eligiera el color que más le gustara y la tela que quisiese.
Más tarde Candela le contó lo ocurrido a Pascasio, con todo lujo de detalles, y le contó que según la descripción que le había hecho Candela, se trataba de un personaje muy conocido en el mundo de la moda. Candela y Pascasio se pusieron muy contentos y orgullosos de su trabajo, porque a partir de ese momento pensaban que se iban a dar a conocer a muchas personas.

Candela todas las noches dormía abrazada a su peluche rosa que le regaló su padre, pensaba que le estaba dando suerte en su nueva vida, y que por ello era mejor no separarse  de él.
El hombre apuesto, acudía cada semana, a ver cómo iban quedando los trajes o para recoger alguno. Candela cada vez estaba más enamorada y pensó que ya que el peluche de su padre le estaba dando suerte, iba a utilizar los dedales para meterlos en los bolsillos de los dos próximos trajes que hiciera al hombre apuesto.

A la semana siguiente, Pascasio y Candela acabaron un traje precioso, de color azul zafiro, con botones de plata, y colocó el dedal de su abuela rojizo con piedras preciosas en el bolsillo.

El hombre apuesto tenía una cena muy importante con  algunos de los modistas más conocidos del país, y cuando fue a meter la mano en su bolsillo, sacó un dedal rojizo con piedras preciosas, no entendía cómo había llegado ese dedal a su bolsillo, si solo se lo había puesto una sola vez y era esa. 
El día posterior a la cena, fue a la tienda y habló con Pascasio para saber si había perdido algo o si había echado en falta algo. Pascasio respondió que no, y el hombre apuesto pensó que sería una casualidad, aunque era demasiado bonito como para perderlo así porque sí.

La semana siguiente Candela, sopló al dedal de oro de su madre para que le diera suerte, y lo colocó en el bolsillo, esta vez  de un traje gris muy bonito y elegante.


El hombre apuesto, acudió a otra de sus cenas y cuando metió la mano en los bolsillos se encontró con otro dedal, pero esta vez de oro, y no pudo parar de pensar desde entonces, en cómo llegaban esos dedales a su bolsillo.

A la mañana siguiente, el  hombre apuesto quiso hablar directamente con Candela y la preguntó si quería acompañarle la próxima semana a la cena con algunos de los modistas. Candela no entendió nada en ese momento, porque nunca habían mantenido una conversación y mucho menos invitándola a una cena, pero aceptó sin dudarlo.

El hombre apuesto, se presentó a Candela por primera vez de forma formal, se llamaba Ricardo, y vivía solo en las afueras del humilde pueblo  de Jalén. Ricardo le contó que en el último dedal venía un nombre, ponía Francisca. Candela seguía sin entender que tenía que ver ella con ese nombre si no le había dicho nada de su madre ni de su familia. Ricardo le relató que una de las veces que visitó la tienda, Candela estaba hablando con Pascasio de su madre, y dijo el nombre de Francisca, y por eso mismo relacionó el dedal con su madre.

 Pascasio y Candela siguieron manteniendo una relación de padre e hija, y la siguió apoyando el resto de su vida. Con respecto a la tienda, se empezó a conocer en otros países, y llegó a ser una tienda muy conocida e importante en el mundo.  Candela y Ricardo  desde entonces se hicieron inseparables y se fueron conociendo cada vez más, y quién sabe si algún día, den el paso más importante en sus vidas, el de casarse.

Candela estaba orgullosa de su pasado, sobre todo, porque de alguna manera sus padres habían estado presentes y  la habían ayudado en su vida, como dejaron por escrito en la carta.


…y colorín colorado, este cuento se ha acabado, si quieres que te lo cuente otra vez, cierra los ojos y cuenta hasta tres.



Lo que he cambiado del cuento Todo Tipo de Pieles:

  • He cambiado el estatus de la familia, en vez de ser reyes son, una familia humilde de un pueblo, ya que creo que los cuentos de reyes y princesas están ya muy vistos.
  • He puesto nombre a los personajes, para que los niños puedan recordar los personajes por un nombre en concreto.
  • En vez de morir la madre y de quedarse al cargo el padre, mueren los dos padres, y se quedan al cargo de sus tíos. Porque no quería dejar  ninguno de los papeles de los padres, como el malo o mala de la familia, que para ellos es más cercano en su vida diaria.
  • Los tres objetos que dejan a la protagonista en el cuento de todo tipo de pieles, son 3 objetos, mientras que en este cuento, son 3 objetos y una carta, porque tiene más sentido en esta historia.
  • Los regalos que pide en el cuento todo tipo de pieles, son, los tres vestidos y un abrigo de todos los tipos de pieles, y en este cuento, es un caballo para huir y cien tipos de telas.
  • He cambiado el motivo de la huida, ya que el incesto no me parece adecuado para lo niños. El motivo en este cuento de la huida es, que Candela es el acoso que sufre por su familia, porque le mandan hacer todas las tareas de la casa y trabajar todo el día.
  • He cambiado el lugar donde llega, que en este caso es el pueblo.

He mantenido:

  • He mantenido, la posesión de los objetos, en este caso los dedales y los peluches, que le recuerdan a su pasado con sus padres, igual que en el cuento tiene también tres objetos.
  • No he cambiado el hecho de que se escape la protagonista de su hogar, por una obligación o algo que no le hace feliz.
  • Los dos regalos que hacen sus tíos, de la misma forma que el padre le hace dos regalos a su hija.
  • La aparición de alguien en su vida,para ayudar a pasar el mal momento en el que se encuentra, después de su huida.
  • El uso de los regalos para mejorar y formar su nueva vida.
  • La utilización de los objetos para conseguir a Ricardo, igual que en el cuento consigue al Príncipe.

4 comentarios:

  1. Hola Trini, a continuación escribiré algunas anotaciones para que puedas mejorar tu actividad. Espero que te sean útiles.
    En lo que se refiere al argumento e historia me parece muy bonita. Me ha encantado el argumento y sobre todo el final. En mi opinión has conseguido realizar un argumento muy distinto al de "Toda clase de pieles", en cambio, has conseguido igualmente, mantener el "esqueleto" o los elementos esenciales de la historia. Por lo tanto, te doy mi enhorabuena en el buen trabajo realizado en este apartado.
    A continuación te hago mis recomendaciones:
    - Al principio de la historia, cuando dices que los padres murieron debido a un altercado con otro coche, quizás sería más correcto y claro decir accidente, choque, etc.
    -Al final de la carta a los padres escribes la palabra fuerza dos veces de forma muy cercana. Podrías cambiarlo por "apretarlo con todas tus ganas".
    -En párrafo donde introduce Candela el primer dedad en la chaqueta del apuesto hombre, escribes la expresión "así por así". Quizás sería mejor idea escribirla "así por que sí".
    Igualmente, creo que tu argumentación de las cosas que has cambiado es muy buena, ya que rompes con el típico guión del que están acostumbrados los lectores y cambias detalles muy originales que hace la historia muy interesante y emotiva.
    ¡Espero que sigas teniendo más recomendaciones de G+1 en las actividades que quedan!
    Sigue trabajando así.
    Un abrazo
    Miguel

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    1. Muchas gracias Miguel por tus recomendaciones, he cambiado algunas cosas.
      Un beso

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    2. Miguel, no puedo coincidir contigo en tu valoración. Lee lo que le escribo a Trini para que tú también aprendas más sobre este bloque 2.

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  2. Bueno, Trini, coincido con Miguel en que tu historia es muy bonita pero no puedo estar de acuerdo con él en que respetas completamente el esqueleto del cuento. Hay puntos en los que no lo haces y son aspectos realmente importantes:
    - La huida de Candela de casa de sus tíos no es por no poder cumplir un mandato tan serio y tan complejo como el que aparece en el relato que os conté. Es, simplemente, porque le fastidia trabajar mientras sus primas no lo hacen...
    - Los regalos tampoco los pide para retrasar el cumplimiento de lo que no se ve capaz de hacer, sino para obtener lo que cree que merece.
    - No hay ningún objeto que, como el abrigo de toda clase de pieles, le permita jugar con dos identidades. Es simplemente una chica que se emancipa y que es recogida y ayudada por Pascasio, a quien le cuenta toda su historia. Es él quien le da la idea de poner una tienda y quien pone todos los medios para que ella subsista (excepto las telas).
    - Es verdad que Candela usa los dedales para que Ricardo se interese, pero no hay lógica en que él no sepa quién ha ido dejándolos en los bolsillos. ¿Quién va a ser? ¡la costurera!
    Tu protagonista es mucho menos autónoma y astuta que la original y, además, al traer la narración al presente, has abandonado la magia y la posibilidad de imaginar que ofrecen los cuentos folclóricos frente a los textos de autor que vimos en el bloque 1.
    En cuanto a la argumentación de los cambios, no refleja que los hayas realizado en función de la edad de los receptores (que es el objetivo de la actividad). Simplemente dices lo que has cambiado y lo que has mantenido, pero no el por qué.

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